Desde hace más de un año en el norte de Etiopía hay una terrible guerra civil. El conflicto entre el gobierno regional de Tigray y el gobierno nacional de Etiopía, obligó a más de 1,2millones de personas a huir, varios millones de personas están dependiendo de ayuda humanitaria. En medio del caos de la guerra, se encuentra la escuela Waldorf de la ciudad de Hawzen. Ya desde el comienzo del conflicto bélico, las familias de la escuela y del vecindario pudieron ser abastecidas con alimentos, dado que en ese tiempo el país se encontraba bajo los efectos de la plaga de saltamontes y la Corona-crisis. Al poco tiempo del comienzo de la guerra, la escuela fue utilizada como alojamiento por parte de los soldados. Para ese entonces ya no había más contacto con la región. Casi no hay internet o teléfono, las calles son sitiadas, las ayudas humanitarias bloqueadas. Recién en diciembre logramos contactar a una pareja que trabaja en la escuela. Ellos contaron que la escuela pudo reabrirse nuevamente con el comienzo del año escolar a mediados de septiembre. Los niños y las niñas pueden volver a ir a la escuela, una luz en esta cotidianeidad marcada por la guerra desde hace tanto tiempo. Otra buena noticia es que el edificio escolar permaneció en gran parte sin daños. Solamente un incendio en dos salas produjo daños en el techo. Además, casi no quedaron sillas. A pesar de todas las dificultades, fue posible hacer llegar dinero de donaciones hacia la escuela y de esta manera al menos se pudo ayudar a las familias de los alrededores inmediatos.