“Mi nombre es Polina Viktorova. Soy de Ucrania, de Kiev. Soy maestra Waldorf y antes de la guerra trabajé en la escuela Waldorf Yavir. El padre de mi hijo está en el frente desde el primer día de la guerra y participa activamente de los enfrentamientos.

La decisión de venir a Eslovaquia fue muy difícil para mí y para mi niño. Pero nos decidimos a dar el paso porque durante la guerra fue cada vez más difícil permanecer en Ucrania. Fuimos recibidos por una muy buena familia, que nos ayuda y apoya mucho en todo. Mi niño puede ir a clase en la escuela Waldorf en Bratislava y yo también puedo colaborar y estar activa en la escuela. Eso fue muy importante para mí, porque así no me siento aislada de la sociedad y me muevo en un entorno confiable, aunque sea en otro país.

Pude participar en un taller sobre pedagogía de emergencia. Fue una experiencia muy útil e interesante para mí. Las charlas eran en alemán y traducidas en eslovaco y los participantes nos ayudaban a entender todo mejor traduciéndonos al inglés. Suena complicado pero eso no me ha impedido comprender mucho y llevarme algunas cosas conmigo.

Aprendí sobre los estadios de la herida z sus síntomas: sobre la duración de las heridas. Sobre las consecuencias. Sobre el síndrome posttraumático. Sobre muchas otras catástrofes en el mundo y sus efectos en las personas. Aprendí sobre cómo es posible ayudar.

Para mí fue difícil escuchar la charla y ver las fotos. Mis experiencias son aún muy recientes y reacciono fuertemente ante las fotos, ruidos fuertes y recuerdos de los hechos. Podría comprobar en mí casi todos los síntomas de los que se hablaba.

Pero muchas preguntas me tranquilizaron. El hecho de que los síntomas que yo había experimentado fueran una imagen típica de una herida. Que su tratamiento requiere tiempo y aún no ha finalizado. Que las experiencias traumáticas también pueden ser de ayuda. Que ahora estamos en un lugar seguro y el cuerpo de una escuela y sociedad sanas nos ayudarán. También la atención de los docentes, las conversaciones con ellos, las ofertas de ayuda contribuyeron para sentirse mejor.

Mi sanación va pasando muy lento. Es como si estuviera en una película en cámara lenta. Tengo poca fuerza, me canso rápido, mi humor cambia constantemente. Requiere tiempo, hasta que pase.  Igual que la curación de una herida. Y yo espero. Gracias a todos/as quienes me ayudan en este camino."