Nuestra historia comenzó con siete personas jóvenes que se unieron y formaron una iniciativa con el nombre “Duendes”. El grupo estaba constituido por ex alumnos de la escuela libre Waldorf de Tiflis, educadores, que recién terminaban su formación, y un profesor, también de la escuela de Tiflis. Su objetivo común era abrir una escuela y un jardín Waldorf allí donde aún no había ninguno: en Batumi..
Batumi se encuentra en la costa del Mar Negro. En los últimos dos decenios la ciudad fue cambiando. La antigua y derruida infraestructura fue reemplazada por una moderna. Se construyeron edificios, la ciudad creció y el número de turistas fue aumentando considerablemente año tras año. A partir de ello se fue haciendo más cosmopolita, abierta y diversa-una buena base para un abordaje pedagógico desconocido. Nuestro equipo fundacional fue acompañado por el Profesor Georg Schumacher, docente en la escuela Libre Superior de Stuttgart. El 24 de diciembre del 2017 él dio una charla dirigida a los potenciales apoderados e interesados, acerca de la pedagogía Waldorf. Muchos padres ya conocían a la pedagogía por sus amigos de Tiflis, donde el Kindergarten es conocido y muy querido. A la gente de Tiflis también le alegraba la noticia de la llegada de la pedagogía Waldorf a Batumi, por eso también colaboraron.
La búsqueda de un edificio escolar adecuado nunca fue algo sencillo. En primer lugar para nosotros era importante mantener bajos los costos de la escuela para los padres y madres. La situación económica en Georgia es relativamente mala. Ahí, donde hay turistas, sobre todo en Batumi, los precios son altos. Además, la ciudad está densamente poblada, lo que vuelve casi imposible a nuestro objetivo de encontrar un buen edificio, con jardín y en un buen precio. Así fue que comenzamos arrendando una vivienda en el centro de la ciudad, sin jardín y unos meses más tarde, una casa con jardín a las afueras de la ciudad.
Pero después llegó la Corona-crisis y puso en cuestión el trabajo de dos años enteros. En marzo todos los jardines de Georgia se vieron obligados a cerrar, y eso continuó hasta otoño (hemisferio norte). ¿Pero quién paga el arriendo para el edificio? Por medio de las donaciones provenientes de Alemania, tenemos esperanza de sobrevivir a la crisis. Sin embargo, vemos la necesidad, de comprar un edificio propio, porque ese es también el requisito para fundar una escuela Waldorf en el futuro.
Este tiempo de distanciamiento afecta particularmente al jardín infantil, porque el proceso educativo naturalmente no puede darse vía online. A pesar de ello, las educadoras y los apoderados encontraron una forma de continuar el trabajo: grabaron podcats dirigidos a los padres del jardín, en los cuáles dieron sugerencias de actividades para los niños durante la cuarentena. Con ello se da continuidad a algo que de todas maneras constituía un aspecto importante de nuestra tarea pedagógica: el trabajo con los padres y madres. Durante los últimos dos años realizamos con frecuencia seminarios informativos, a los que los padres asistían con gran interés y apertura. Estas experiencias positivas nos fortalecieron para poder seguir adelante, a pesar de todas las dificultades. ¡Agradecemos cada donación y cada concejo!